Sin duda, la muerte es un tópico del cual la mayoría de las personas evitan hablar, el termino ha sido etiquetado como sinónimo de tristeza, desprendimiento, es vista como un enemigo más de la vida o como aquel acto de injusticia divina. El simple hecho de mencionarla sobre la mesa provoca de manera inmediata miedo, angustia y no falta quien se persigne ante la creencia de que la “muerte sea llamada” con sólo nombrarla.
Nos cuesta más trabajo hablar de lo obvio, de lo simple, “quizá por miedo a que nuestros más profundos temores se cristalicen y en el caso de la muerte, que nos veamos convertidos en protagonistas de esas historias de duelo” (Leyva, 2022).
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A través de la historia, el proceso de acompañamiento ante la muerte y la desesperanza ha sufrido grandes cambios; en tiempos pasados era vista como un proceso natural, se vivía acompañada y llena de apoyo social, se honraba con rituales en torno a esta que nos ayudaban a situarnos y a generar un significado claro de trascendencia, para hacer frente al dolor emocional, la muerte y el duelo.
Te invito a reflexionar, si hoy… tuvieras la certeza de que pasarás por estos momentos dolorosos pronto, quizá tienes ya una fecha determinada, ¿qué harías diferente?, ¿qué te gustaría ser y hacer de cada día a partir de hoy?. Entonces, somos capaces de comprender que posiblemente el miedo no es hablar de la muerte sino reflexionar sobre la propia vida.
La muerte simplemente es, existe y la viviremos de una u otra forma, siempre más pronto de lo que hubiéramos deseado, porque nunca existirá un momento ideal para despedirnos de nuestros seres más amados; pero la esperanza del reencuentro, la posibilidad de seguir viviendo en honor a ellos y sobre todo la concepción de que las pérdidas forman parte de la vida, pueden ser elementos de apoyo en estos procesos duros. |
Y así, cuando el dolor toque nuestra vida, démonos la oportunidad de sentirlo, de vivirlo, de dejar llegar al silencio y de reflexionar en la oscuridad de una noche, encontremos en nosotros el camino para afrontar de forma saludable nuestro duelo, permitiéndonos crecer a partir de la experiencia dando pie a un nuevo ser: resignificado la muerte.
¿Y cómo sano el dolor de la despedida?
El duelo es un proceso de amor en homenaje a los seres queridos, un fortalecimiento como seres humanos, una experiencia de sanidad y recuperación. La pérdida representa una herida en la psique, en el alma.
Las reacciones del duelo son la forma en que nuestro cuerpo nos ayuda a recuperarnos de la herida de la despedida, nos permite honrar los ritmos de nuestro cuerpo, invitando al yo más profundo a sanar y convertirse en ser marcado por el dolor, expandiendo nuestra capacidad de sentir.
En Cielo Eterno construimos una red de apoyo para las familias que viven la trascendencia del Ser Amado, brindando acompañamiento emocional a través de nuestros psicológicos especializados en tanatología, así como espacios pensados en dar la oportunidad de expresar lo que siente el corazón, mediante un proceso grupal o bien, individual, que brinde tranquilidad, paz y bienestar al alma: nuestro Centro de Duelo.
Aquí, encontrarás las siguientes actividades:
- GAAC
- Círculo de lectura
- Cine Foro
- Consultas individuales
- Consultas familiares
- Manejo de noticias para diagnósticos poco favorables.
- Intervención en caso de crisis y contención
- Acompañamiento en el buen morir.
Siéntete con la confianza de ser atendida por uno de nuestros profesionales.
Cielo Eterno Colima Psic. Roberto Manuel Torrices Torres 3121403643 Psic. Roberto Raziel Arcega Flores 3121690106 |
Cielo Eterno Manzanillo Psic. Dalia Iveth Zúñiga Bibián 3123108094 |